Tras los primeros momentos de esplendor patrimonial de la hermandad de los Javieres, los años finales de la décadas de los setenta no permitieron la aspiración de sacar a la Dolorosa bajo palio. Ello motivó una prueba en la que se colocó a la Virgen en el paso del Cristo de las Almas, a sus pies, conformando la iconografía de origen medieval recogida en el célebre rezo "Stabat Mater Dolorosa Iuxta Crucem Lacrimosa", escena en la que la Virgen aparecía a los pies del Cristo Crucificado.
Resuelta la prueba con el agrado de sus hermanos, se hizo definitiva en la salida procesional de 1969, con la sola supresión de los candelabros laterales de guardabrisas se consiguió la aspiracón de la salida procesional de la imagen de Fernández Andes. Se recuperaba así la escena del Stabat Mater, una estampa que se mantendría en la hermandad hasta la salida procesional bajo palio de la Virgen de Gracia y Amparo en la Semana Santa de 1980.
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