Durante la pasada Guerra Civil, se produjeron diversas quemas y saqueos de templos en todo el territorio español. Por esto, en el pueblo de Chucena (Huelva), se decidió sacar a todas las imágenes y objetos de valor de la Iglesia para intentar preservarlos, excepto una talla, la del Santísimo Cristo de Burgos, obra anónima de finales del siglo XVII, principios del siglo XVIII, atribuida recientemente a Pedro Duque Cornejo. Por el gran tamaño de esta, no pudieron esconderla.
Un día, llegaron personas de varios pueblos vecinos con la intención de quemar el templo chucenero, pero debido a un cúmulo de circunstancias, nunca se produjo.
Por eso, en Chucena, se le atribuye este “milagro” al Santísimo Cristo de Burgos, ya que quedó como único defensor de la Parroquia chucenera.
Autor articulo: David Franco
Autor de fotografía: Daniel de Conde
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