Una leyenda muy popular cuenta que el autor del Cristo de la Expiración, Francisco Antonio Gijón, se inspiró para hacerlo en un gitano de la Cava trianera, al que apodaban "El Cachorro". Según la leyenda, la expresión de su rostro, tras ser acuchillado mortalmente en una riña, impresionó tan vivamente al imaginero que le sirvió de modelo y lo reprodujo en el Cristo. También se ha llegado a decir que sacó un molde y luego lo tiró al río.
La leyenda está demostrado que carece de fundamento. La inspiración de Gijón, que talla al Crucificado en 1682, está en otra imágenes que se hicieron en años anteriores, de similar iconografía. Bernales y Palomero, entre otros apuntan la influencia que tiene el Cachorro el Cristo de la Misericordia, de Santa Cruz. Su autoría se atribuye a Pedro Roldán, que debió hacerlo en torno a 1670.
En el artículo que publicó en la revista "Calvario" Felipe Cortines, en 1945, criticaba la leyenda del gitano y recordaba que ya algunos autores del siglo de oro llamaban a Cristo "Cachorro del León de Judá", tomado de las Sagradas Escrituras. Cristo sería así el Cachorro de Dios, de donde podría provenir el nombre, ya que su misión salvadora queda consumida por la Expiración en la Cruz.
Si la leyenda del gitano es falsa y la opción bíblica es demasiado enrevesada. Todo hace suponer que se trata de un rumor, de influencia romántica, que se hizo popular de aquel gitano de la Cava.
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