Anteriormente la Virgen del Rocío no tenía una camarista oficia y no es hasta finales del siglo XIX cuando la Virgen del Rocío cuenta con una persona encargada de su vestimenta, cuidado y exorno. Sin tacha alguna en su conducta moral. Así consta en el escrito oficial que se envía al Arzobispo de Sevilla, en 1887, para que autorice el nombramiento de la primera camarista oficial: Ana Valladolid Moreno.
Ana Valladolid fue una camarista de leyenda. Su apodo en cierra una historia muy curiosa, ya que tras la coronación de la Virgen a manos del cardenal-arzobispo de Sevilla, don Enrique Almaraz y Santos, los almonteños se mostraron impacientes, como siempre, por comenzar la procesión. Esta impaciencia fue contenida a golpes de abanico por Ana Valladolid a quien el purpurado, admirado la llamó "la domadora de leones".
En la imagen aparece ella junto a la Blanca Paloma, luciendo la ráfaga de puntas del siglo XIX. La fotografía fue tomada antes de la coronación y verificada en 1919.
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